Artículo de la revista Forbes, 1 de octubre de 2019
En California, el Departamento de Servicios del Desarrollo (DDS) supervisa una amplia red de servicios comunitarios para más de 333 000 jóvenes y adultos con discapacidades del desarrollo. Otros estados tienen redes similares en expansión, casi todas arraigadas en las teorías de inclusión de la discapacidad de los reformadores de la década de 1960 y principios de la de 1970.
Hoy en día, estas redes están siendo golpeadas por todos lados: números de casos y presupuestos altísimos; frustración por parte de los proveedores de servicios con altas proporciones de clientes por personal y una rápida rotación de personal; y el temor continuo de los clientes y miembros de la familia de que las opciones se reducirán en cualquier momento. “El sistema de servicios para discapacitados se encuentra en una encrucijada”, explica Rick Rollens, representante de proveedores de servicios y experto en servicios y costos para discapacitados. De hecho, este otoño se están lanzando grupos de trabajo en varios estados, incluido California, para identificar cómo los servicios de discapacidad podrían brindarse de manera diferente en el futuro.
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